La empresa PlanetEnergy, ubicada en CEIA, convertirá un caserío de Oskotz, en Navarra, en la primera isla energética en el mundo alimentada por los excrementos de sus propios habitantes.
Meghan Sapp regenta la ingeniería Planet Energy , ubicada en CEIA. Una empresa que con un marcado carácter social diseña y construye «Comunidades Energéticas», sistemas integrados para la producción y consumo de energías renovables.
Su sueño y el de su marido Iñigo se verá hecho realidad cuando en la primavera del próximo año pongan en marcha su propia vivienda que están construyendo y que se convertirá en todo un referente mundial a nivel de autoabastecimiento energético ya que será una isla energética sin necesidad de estar conectada a la red.
La peculiaridad de este proyecto es que gran parte de la energía necesaria para abastecer el complejo se generará a partir de los excrementos de sus habitantes. Eso la convierte en referente mundial gracias al trabajo que Meghan e Iñigo llevan realizando juntos durante años en este campo. Toda la energía que necesita el complejo se generará mediante procesos renovables. Así, la electricidad será generada mediante módulos solares fotovoltáicos ayudados de un minigenerador eólico produciendo más de 10kw y superando ampliamente las necesidades de energía eléctrica de la vivienda.
El gas necesario para la calefacción por suelo radiante, el agua caliente sanitaria y las cocinas se generará a partir de los residuos fecales de los ocupantes que irán a parar a un depósito, a través del cual, se iniciará el proceso de convertir dichos residuos en biogás mediante metanización.
El sistema está preparado para ser autogestionado con 4 caballos y 8 personas que habitarán la vivienda.
Se trata pues de un proyecto piloto con la intención de poder exportarlo al resto del mundo.
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